Jessica Ramírez13/07/20186min

El paso del tiempo y la manera de adquirir experiencia en este mundo depende de nuestras etapas de desarrollo somos niños, después viene la adolescencia dónde la efervescencia comienza en nuestro paso por el mundo, todo esto lo digo por el libro que reseñamos esta semana en Historias Sin Spoilers se trata de Nada de Janne Teller.

Janne Teller es una novelista danesa nacida en 1964, ha vivido y trabajado en resolución de conflictos humanitarios en lugares tan diversos como Tanzania, Mozambique y Bangladesh.

En 1995 dejó su carrera profesional en Naciones Unidas para dedicarse plenamente a la literatura. Cuando Nada fue publicada en el año 2000 suscitó debates por las dudas existenciales que plantea; un año más tarde ganó el premio al mejor libro del Ministerio de Cultura danés y actualmente es lectura recomendada en los colegios. Hoy el libro ha sido traducido a un total de 13 lenguas. Ha tenido un éxito avasallador en países como Alemania, Francia y Noruega.

“Nada importa. Hace mucho que lo sé. Así que no merece la pena hacer nada. Eso acabo de descubrirlo” Así comienza el planteamiento de esta reflexiva y profunda novela corta. Acto seguido descubrimos que una chica nos narra la historia a detalle y desde adentro, se trata de Agnes la más sensata de un grupo de adolescentes que rondan los 14 años y que estudian su bachillerato en una comunidad tranquila de Dinamarca.

Lo primero que sucede es que Pierre Anthon deja la escuela el día en que descubre que no merecía la pena hacer nada, pues nada tenía sentido. Se trepa a la rama de un ciruelo y está dispuesto a ver pasar el mundo desde ahí. Sus compañeros se preocupan por la situación y comienzan a visitarle para convencerlo de su error, pero Pierre Anthon se mantiene firme. Las estrategias comienzan en aparente calma entregan a modo de ofrenda algo por lo que sienten auténtico apego de este modo obtendrán el significado que demuestre que su decepcionado compañero está equivocado.

Los objetos comienzan a apilarse: una sandalias verdes, un telescopio, un balón, una trenza, cosas por el estilo, en un aserradero que se vuelve escondite; el juego se escapará de las manos cuando las exigencias crezcan y el tono violento y cruel hará su aparición, es complejo describir en que momento de la narración comenzaremos a darnos cuenta que ya “nada” está bajo control, y no les quiero contar más porque esta si debe ser una historia totalmente sin spoilers.

Lo cierto es que es un relato que de la cotidianeidad de un lugar pacífico ya armónico se transforma en un sitio violento, enrarecido por el ambiente y actitud de algunos de los chicos y chicas que dan grandes sorpresas en su comportamiento como Sofie o Gerda y sus oscuras personalidades que detona en busca del famoso “significado”, e increíblemente (léase con sarcasmo) al revelarse en las noticias los acciones cuestionables de estos adolescentes, comienzan a obtener fama, reconocimiento y prensa, notas en los periódicos, museos interesados en su pila de objetos llenos de sentido ¿Les suena a algo familiar?

Hay una nota final de la autora con una interesante reflexión sobre sus motivaciones para escribir esta oscura novela, que en sus palabras ella califica como un cuento largo, menciona que hay bondad, esperanza y luz, del otro lado de los actos horribles que puede llegar a cometer cualquier persona, con eso podríamos quedarnos si lo decidimos, con la fe puesta en que las sociedades y sus personas las construimos todas y todos nosotros.

Les invito a leer con la mente y el corazón abiertos, Nada, está editada por Seix Barral, la edición que tengo actualmente es de 2012.



Jessica Ramírez06/07/20189min

La pintura como manifestación artística es una experiencia en si misma que nos narra mundos posibles, la corriente surrealista por ejemplo ha traspasado las épocas con manifiestos y representantes que destacan por sus extravagantes vidas.

En mi caso Leonora Carrington me atrapó desde la primera vez que conocí su obra, que debo decirlo no fue hace tantos años como me habría gustado, por ahí de 2011 gracias a la novela Leonora de Elena Poniatowska, con sucesos que delinean la biografía e incluyen ficción, me adentré por completo en aquellos años hacia una Leonora que aún lúcida concedía sus últimas entrevistas algo cansada pero entera… pocos meses después falleció…así comenzó mi interés, descubrí que el arte era sinónimo de la vida de Leonora y que su obra envolvía, tenía una carga irónica tremenda, humor, vivacidad y crítica social. No me costó trabajo encontrar su importante faceta como escritora, recuerdo que lo primero que llegó a mis manos fueron sus cuentos, años después las historias que escribía para sus hijos llegaron al mío y finalmente descubrí una gran novela, que justo reseñamos esta semana en nuestra sección Historias Sin Spoilers.

Nos adentramos a La Trompetilla Acústica, en la edición de 2015 editada por la Universidad de Guadalajara en su Colección Caminante, a cargo del célebre escritor Fernando del Paso y cuidada en edición por Ángel Ortuño.

Leonora Carrington nació el 6 de abril de 1917, en Lancashire, Inglaterra. Su familia pertenecía a la aristocracia, contó con una formación privilegiada, aunque se sentía atraída por la vida fuera de la comodidad otorgada en casa. No tardó en pertenecer al movimiento surrealista dónde conoció a Max Ernst quién se volvió su compañero, se relacionó también con exponentes surrealistas como André Bretón, Pablo Picasso, Salvador Dalí y Joan Miró.

Como una muestra del paralelismo que existiría en su vida entre la pintura y la literatura publicó en 1939 el libro de cuentos Memorias del Miedo, a la vez que participó como pintora en la Exposición Internacional del Surrealismo en París y Ámsterdam

En 1939 fue detenida junto con Ernst por el régimen nazi, ella huyó a España ante la invasión. Por gestiones de su padre fue internada en un psiquiátrico en Santander, experiencia que tuvo influencia en posterior obra pictórica y sobre todo en su relato Memorias de Abajo publicado en 1940.

Para 1941 escapó del psiquiátrico y se refugió en Portugal, en Lisboa donde conoció a Renato Leduc, quien la ayudó a huir hacia Nueva York, dónde trató a Edward James, uno de los mecenas de los surrealistas y el principal coleccionista de su obra. Luego llegó a México, dónde estableció su residencia hasta el día de su muerte que tuvo lugar el 25 de mayo de 2011.

Habría mucho más que decir de Leonora, su producción como escritora cubre crónica, cuento y novela. La Trompetilla Acústica fue originalmente publicada en 1976 y retrata la fantástica vida de Marion Leatherby que narra a detalle cómo lleva los años, 99 para ser precisa y el aislamiento familiar en un principio a la que es confinada, su poca convivencia con su nieto Galahad, su esposa Muriel y el hijo menor, Robert, que a sus 25 años aún habita la casa familiar.

También sabremos mucho de su cómplice, Carmela, una soñadora estrafalaria que envía cartas a desconocidos y que hace la diferencia en la vida de Marion, le regala la trompetilla acústica para que al colocarla en su oído le devolviera el único sentido perdido a tan avanzada edad. Así sucede que Marion descubre los planes destinados para ella, enviarla a una casa de asistencia de ancianas, detrás de los comentarios horribles, confiados en que es sorda, pero la trompetilla abre esa posibilidad de desterrar el silencio.

Marion tiene unos días para pensar que va a pasar con ella, consulta a Carmela quien le propone huir a Laponia el lugar de sus sueños para el retiro, pero lamentablemente no tiene dinero suficiente para llevar a cabo el plan, así que parte hacia “El Pozo de la Hermandad de la Luz”, nombre de la institución con tintes bastante oscuros.

Ante la decisión de sus familiares es llevada a ese lugar dónde las cosas comienzan a ponerse un poco extrañas con las señoras que también son bastante mayores, hay marquesas, mujeres que confeccionan ropa, que viven en carpas de circo, chalets suizos, hongos y hasta iglús, todo puede pasar y hasta lo que la imaginación podría frenar sucede, en el mundo onírico los límites son inexistentes, lo mismo que el humor sin reservas en este grupo de 10 mujeres no menores de 70 años.

El Doctor Gambit y su esposa son pieza clave al encargarse de la atención de las mujeres, de buscar actividades para ellas y de encabezar las oscuras intenciones que se desencadenarán ante la rebelión de las ancianas, dónde presenciaremos hasta un asesinato misterioso, no les quiero contar demasiado porque hay que tener cuidado con los spoilers, bastaría con que la hecatombe está por suceder con más fuerza a medida que recorremos las páginas que Leonora nos deja en la Trompetilla Acústica, dónde la realidad por supuesto está permeada de magia y brujería, dónde todos los mundos son posibles. Pero por sobre todas las cosas Marion y sus compañeras son prueba de que la vida tiene sus destellos de intensidad en cualquier edad, sin reservas ni fechas de caducidad.

Ojalá tengan oportunidad de leer esta novela, que cuenta con una edición muy elegante con obra pictórica de Leonora Carrington editada por el Fondo de Cultura Económica en 2017, que vale mucho conservar incluso como esta fusión de manifestaciones artísticas que confluyen y nos atrapan, cerramos con un fragmento:

“Yo nunca me siento solitaria, Galahad, mejor dicho nunca sufro de soledad. Me hace sufrir la idea de que mi soledad me pueda ser arrebatada por un grupo inmisericorde de gente bien intencionada. Claro está que no espero que me comprendas. Todo cuanto deseo es que no creas que me estas persuadiendo cuando en realidad se me está forzando a algo en contra de mi voluntad”.



Operativo01/07/20182min

Mesa de consulta transmitida de 8-10 am. Conduce  Alejandro González y Jazmín Maldonado

Tema: Confiabilidad y credibilidad electoral… el ABC de la Jornada.

Invitados: Dra. Alejandra Chávez Ramírez, Mtro. Miguel Hidalgo Gómez Ramírez , Dr. José Ángel Méndez Rivera.

Los especialistas hablaron y tocaron temas como:

  • Cultura cívica y participación ciudadana (recuento histórico-voto de la mujer)
  • ¿Por qué es importante votar?
  • Procedimiento general de votación
  • Voto extranjero
  • ¿Dónde puedo votar?
  • Elecciones, equidad e inclusión.



Jessica Ramírez29/06/20188min

Las voces femeninas llaman particularmente mi atención, literatura con esta esencia me atrapa y también me confronta. Durante semanas he tenido este pensamiento recurrente en mi cabeza diciéndome ¿Cómo narran las mujeres? ¿Qué temas les interesan? De sobra sé que no soy la única que se lo pregunta actualmente, pero encontré sin duda desde hace tiempo a una mujer que responde mis interrogantes con cada tema que aborda en sus publicaciones, la esencia de la literatura femenina. Todo esto lo digo por el libro que reseñamos esta semana en Historias Sin Spoilers, se trata de Aprendizaje o El Libro de los Placeres de Clarice Lispector

Clarice Lispector nació en Ucrania en 1920, un año después la familia emigró a Brasil. Su madre falleció cuando ella tenía 10 años. Fue escritora desde muy temprana edad. Ingresó en la Facultad Nacional de Derecho en 1939 a la vez que escribía pequeñas contribuciones para periódicos y revistas de la época. A los 21 años logró publicar “Cerca del corazón salvaje”, obra que había escrito a los 19 y que es considerada la más importante en su carrera.

Pertenece a la tercera fase del modernismo, el de la Generación del 45 brasileña. De difícil clasificación, ella misma definía su estilo como un “no estilo”. Aunque su especialidad ha sido el relato, dejó un legado importante en novelas, como “La pasión según G. H.” y La hora de la estrella, además de una producción menor en libros infantiles, poemas y pintura.

“Aprendizaje o El libro de los placeres”, fue publicado por primera vez en 1969, para la época debió haber sido bastante complejo encontrarse con este relato de amor, si pudiéramos resumir en una frase de que va esta historia sería esa: cómo nos construye y deconstruye el amor, nos absorbe el tema protagonista de canciones, poesía, novelas, pintura y toda manifestación que haya presenciado la humanidad.

Pero hay diversas formas de hablar y de vivir el amor, construir conceptos rebuscados, huir del que se ama, complicarse demasiado a la entrega amorosa, todo lo antes mencionado atraviesa las vidas de Ulises (quizás se llame así porque guiará a Lori a la Odisea de su transformación), un profesor de filosofía algo soberbio y engreído, y por Loreley o Lori, como casi durante toda la novela se le llama por su hipocorístico cariñoso, una maestra de primaria algo infantil y con un pasado de aristócrata que le permitió recorrer Europa hasta que su padre dilapida la fortuna familiar a raíz de la enfermedad de su madre, y poco después su muerte.

Se nos presenta todo el tiempo un incesante estira y afloja entre sus afectos, el inicio nos contextualiza sobre una relación de amantes que se encuentran por casualidad y establecen un vínculo sólo por el cuerpo. A medida que la química hace sus efectos se descubren en sus propias carencias, en sus soledades y es así que el desafío más grande será la entrega al amor estable y comprometido.

El libro comienza con una coma y termina con dos puntos. Estos dos signos ortográficos, incoherentes serán portadores de un significado claro al acabar la lectura. En el plano formal hay varios puntos a destacar. Sólo hay dos capítulos: el primero El origen de la primavera o la muerte necesaria en pleno día son solo unas páginas introductorias que relatan el estado vital de Lori, el segundo, Luminiscencia, es el resto del libro. Igualmente encontraremos construcciones y usos gramaticales propios con una carga de significado que va más allá del lenguaje como lo conocemos. El intercambio de ideas entre ellos nos señala como florece el amor en libertad, algo que suena tan fácil pero renunciar al miedo a la vida desde la perspectiva de Lori es una constante.

El tinte existencialista de lo que se dice entre los dos únicos personajes dejan de manifiesto que las relaciones de pareja pueden llegar a ser tan absorbentes y excluyentes como nos sea posible concebir. Y de alguna forma creo que Clarice pretendía definir también algunos estereotipos sobre las relaciones supeditadas al poder, finalmente Lori está dispuesta a atender todos los deseos de Ulises y bajo su protección ella logra sentirse segura y amada.

Sin duda el lenguaje y la manera de hilar la historia hacen de esta obra un verdadero libro de los placeres entre dos amantes que llegan a concebir la vida como una simbiosis entre ambos, es una lectura deliciosa cargada de reflexiones y con un análisis que se vuelve necesario y liberador. No dejen de leer Aprendizaje o El Libro de los Placeres está editado por Siruela. Cerramos con un fragmento:

“Lori: una de las cosas que aprendí es que se debe vivir a pesar de. A pesar de, se debe comer. A pesar de, se debe amar. A pesar de, se debe morir. Incluso muchas veces es el propio pesar el que nos empuja hacia delante. Fue un a pesar de el que me provocó una angustia que insatisfecha fue la creadora de mi propia vida. Fue a pesar de que me paré en la calle y me quedé mirándote mientras esperabas un taxi. Y desde luego deseándote, ese tu cuerpo que ni siquiera es bonito, pero es el cuerpo que quiero. Pero te quiero entera, con el alma también. Por eso, no importa que no vengas, esperaré el tiempo que sea necesario.”



Jessica Ramírez22/06/201810min

¿Cómo es que una mujer puede escribir con voz masculina y construir personajes varones? Suena un poco extraño, al contrario de una práctica muy común desde la literatura que son los hombres hablando como mujeres, claro que existen casos, de inmediato recuerdo la compilación de cuentos reunidos por Ana Clavel, narrados desde otro sexo y seguramente habrá muchos más. También viene a cuento decir que dos novelas pueden hacer que los reflectores se posen sobre alguien que escribe. Todo esto lo digo por el par de novelas que reseñamos esta semana en Historias sin Spoilers, se trata de El Libro Vacío y Los Años Falsos de Josefina Vicens.

Josefina Vicens fue una escritora que nació en Villahermosa, Tabasco, en 1911 y murió en la Ciudad de México en 1988. Estudió Filosofía, Letras e Historia en la UNAM. Fue cronista de toros (publicaba bajo el seudónimo de Pepe Faroles), editorialista política (firmaba sus artículos como Diógenes García), desarrolló una larga carrera como guionista de cine, destaca por ejemplo el guión de las Señoritas Vivanco que le valió premios, se le conocen más de 90 guiones de cine, así como su militancia activa en la política en la defensa de las causas de las mujeres conformando ligas femeniles.

Sólo dos novelas fueron suficientes para que Josefina Vicens se consagrara como una autora destacada de la literatura mexicana del siglo XX: El Libro Vacío publicado en 1958 que le valió el premio Xavier Villaurrutia y fue traducida al francés en 1963, bastante después publicaría Los Años Falsos en 1982.

Comenzamos con El Libro Vacío que narra los avatares de José García y su necesidad de convertirse en escritor. Entrados ya los 50 años con una familia que mantener y las peripecias de la economía, el sueldo que no alcanza, el trabajo que detrás de un escritorio se vuelve una actividad automática, decide por fin emprender el camino hacia la escritura. José adquiere dos cuadernos para este fin, uno dónde hará las anotaciones en borrador, estos destellos de escritos menores que logra plasmar mientras se aísla de su familia y nos cuenta algunas aventuras cómplices que tienen que ver con muchos aspectos de su vida, de lo que le habría gustado y no fue, de esos sueños truncados, de su familia, de su abuela, incluso de sus fallidas infidelidades que él califica como un desastre que no es digno de ser trasladado al segundo cuaderno, este libro vacío. Entre el desafío de no plasmar nada por miedo y de vencerlo, porque como dice José, sería más sencillo no escribir.

La escritura como personaje central, a través de José García, sin duda Josefina Vicens muestra esta forma magistral de retratar la vida de un personaje varón que explora muy adelantado a su época, este destello de identidades masculinas resaltando características, este caso con la relación con la escritura en un lugar importante dentro de los afectos del personaje, que condiciona al silencio de las mujeres que tienen un papel secundario en la configuración de los roles asignados para las y los personajes, además de mostrar el machismo imperante en la construcción de relaciones entre el esposo y la esposa abnegada que lo provoca a tratarla mal por no soportar su sencillez.

A final de cuentas este ir y venir de García es la prueba contundente de un anhelo frustrado en este mundo complejo plagado de insatisfacciones y mandatos sociales.

Por otro lado su segunda novela Los Años Falsos, aunque menos laureada, es un gancho al hígado por su temática, una novela breve que es imposible no sentir como nos sacude. La historia comienza de manera confusa como un soliloquio desde el panteón donde a medida que transcurre la historia nos queda claro que Luis Alfonso Fernández está visitando la tumba de su homónimo padre, conocido también como Poncho Fernández, que muere de manera trágica… tampoco es que les quiera dar todos los detalles porque serían demasiados spoilers.

Pero digamos que Luis Alfonso a los 19 años se convierte de la noche a la mañana en el proveedor de la familia, siente entonces que usurpa el lugar de su amado padre, compañero y cómplice. Su vida se transforma en la de él, su madre le pide opinión, le contratan para ser asistente de un político de alto nivel, mismo papel que en vida desempeñara su padre, se reúne con los amigos de su difunto progenitor y hasta entabla relación con Elena la concubina. Luis Alfonso se siente acongojado, desecho y sin rumbo. Las mujeres de nueva cuenta se presentan como las desvalidas, las dependientes del hombre que dejó el hueco muy grande que llenan con otro varón que vea por ellas. Y los silencios femeninos siguen de manifiesto… ¿No será entonces que Josefina como activista política y defensora de los derechos de las mujeres, pensaría en hacer estas declaraciones como una manera de hacer visible su postura?

Me atrevo a decir que por su trayectoria puede tener sentido, otra arista además de cuestionar la estructura patriarcal, podría enfocarse a la protesta ante la imagen de la clase política que derrocha en excesos y que se relaciona con estar detrás del diputado. De cualquier manera Los Años Falsos continúa mostrando este lado pulcro y sensible de construir las historias de los apasionados varones que se muestran a nivel de radiografía, con sumo detalle de lo que sienten y cómo lo manejan, si están interesados en términos de teoría literaria a conocer el trabajo de Josefina Vicens les recomiendo el libro “La masculinidad como producción discursiva y la feminidad como silencio en El Libro Vacío y Los Años Falsos” de la académica Isabel Lincoln Strange Reséndiz editado por UAM en su colección Biblioteca de Signos.

Ambas novelas de Josefina Vicens las pueden encontrar reunidas en una edición del Fondo de Cultura Económica con prólogo de Aline Petterson lanzada en su octava reimpresión en el año 2015 con una hermosa ilustración de José Luis Cuevas realizada especialmente para la publicación.

Cerramos con un fragmento de El Libro Vacío:

“Hoy he comprado los dos cuadernos. Así no podré terminar nunca. Me obstino en escribir en éste lo que después, si considero que puede interesar, pasaré al número dos, ya cernido y definitivo. Pero la verdad es que el cuaderno número dos está vacío y éste casi lleno de cosas inservibles.”

Y de Los Años Falsos:

“A medida que crecían nos íbamos desinteresando más y más de ellas. Hasta que las pobres admitieron inconscientemente que la familia estaba dividida: de un lado, el prepotente y ruidoso mundo de los hombres; del otro, el sumiso y mínimo de las mujeres. En el nuestro, ni mi madre ni ellas tenían nada que hacer.”



Jessica Ramírez15/06/20181min

Hablar en público es una actividad desagradable para muchos y cuanto mayor sea la importancia del evento, peor el miedo.

Todos somos oradores, la característica principal es que tú te la creas, esto facilitará que tu transmitas el mensaje correcto al público.

Hablar en público en realidad no es tan difícil. No es otra cosa que conversar, y eso lo haces prácticamente todo el tiempo. El misterio desaparece una vez que se ha aprendido cómo hacerlo.
Escucha la entrevista completa para conocer los consejos y mejorar tu oratoria.

Invitada: Mtra. Laura Sevilla



Jessica Ramírez15/06/20186min

La locura y los manicomios son dos conceptos que socialmente tenemos anclados con esta lejanía poco probable en nuestras vidas, jugamos, a veces, con esta constante de estar loca de atar o con el tema de las camisas de fuerza. Lo pensamos como una metáfora, pero qué hay de las mujeres y hombres que si terminan en esos lugares… es más ¿Qué hay de los manicomios de principios del siglo XX? En particular uno en el que se interesó una autora, todo esto se los digo por el libro que reseñamos esta semana en Historias Sin Spoilers, se trata de Nadie Me Verá Llorar de Cristina Rivera Garza.

Cristina Rivera Garza nació en Matamoros, Tamaulipas en 1964, reside entre México y Estados Unidos, donde es directora del Máster en Bellas Artes en Escritura Creativa de la Universidad de California, San Diego.

Ha obtenido algunos galardones muy importantes a nivel nacional e internacional como el Premio Sor Juana Inés de la Cruz en 2001 y 2009, así como el Premio Roger Callois en 2013, otorgado en Francia. Ha cultivado la novela, el cuento, la poesía, el ensayo, además de su trabajo como académica. Entre sus obras más destacadas encontramos a Nadie me verá llorar, La Muerte Me Da, Los Textos del Yo, entre otras.

Nadie me verá llorar comienza con un prólogo que pone en claro que esta novela fue concebida muchos años atrás, entre los años 92 y 93, dónde Cristina comenzó a indagar en el mundo de las mujeres del Manicomio General conocido popularmente como la Castañeda, que tuvo su actividad en las primeras décadas del siglo XX y que fue una concepción de un proyecto ambicioso del periodo porfirista, que lamentablemente sucumbió ante el olvido y el abandono. La visión de Cristina es amplia, producto de su documentación para realizar su tesis doctoral consultando documentos y fotografías que se encuentran en el Archivo Histórico de la Secretaria de Salud en la ciudad de México.

Originalmente la novela fue publicada en 1999, la edición que llega hasta nosotros es la de 2014 y Matilda Burgos sigue percibiendo la presencia de Joaquín Buitrago, dos seres que deambulan entre la realidad y la fantasía, con una prosa poética que da vaivenes y nos pone a danzar cadenciosamente mientras nos adentramos a sus historias de vida ¿Cómo es que alguien llega a convertirse en un fotógrafo de prostitutas y luego de locas? Son preguntas que intentan ser respondidas mientras nos adentramos en las historias de vida de ambos.

Todos los tumbos que dan entre la adicción a la morfina y el abandono familiar, la soledad, el no encontrar el lugar en el mundo. En la búsqueda constante de la felicidad, de la compañía, atravesados por la locura, la enfermedad, el vacío.

Destaca la minuciosidad sobre los detalles y los hechos históricos que Rivera Garza nos señala, la forma en hilvanar las historias de otras locas de La Castañeda, sus diagnósticos y tratamientos.

Navegamos también a otros lugares: Papantla, el Tajín y Real de Catorce. Nos encontramos en compañía de personajes también importantes como Eduardo Oligochea y Paul Kamack que aportan lo suyo a este destino cruzado entre Matilda y Joaquín con su locura adictiva y sus soledades a cuestas que reúnen en esa casona de Santa María la Ribera.

Sin duda Nadie Me Verá Llorar es un relato único en su plano transgresor, retratar temas frontera como la locura, es un acto de valentía que detona justo como Cristina lo ha dicho en la necesidad de contar, de recrear “el cómo si”, que surge de observar una fotografía ovalada de una loca. Ojalá se acerquen a esta maravillosa obra, que en palabras de Carlos Fuentes es una de las novelas más hermosas y perturbadoras que se han escrito jamás en México. Editada por Tusquets Editores. Cerramos con un fragmento:

“Dentro, en una tarjeta del mismo color, encontró la siguiente frase: Todas las mentes enfermas y carentes de buen gusto y arte juzgan al desnudo como inmoral. La firma era de Matilda Burgos.”



Jessica Ramírez11/06/20183min

Si este tema no va contigo, escúchalo, todos conocemos a ese alguien que está en una relación en la que no es feliz pero ahí sigue, o alguien que permite malos tratos “en nombre del amor”

Los celos, los celos enfermizos, es una necesidad de controlarte, controlar lo que viste, lo que dices, se mezclan los celos con el control y con el chantaje. se intenta convencer a la persona que no tiene nada que ocultar… pero ¿si? en serio refleja confianza o control.

Descalificación, cuando humillas a la otra persona, cuando te juzga, en la manera de vestir, en que se te quema la comida, en que ese nuevo look no te queda, son micro- agresiones que no se perciben como agresiones pero son graves.

La manipulación económica es el más típico pero algunos quieren manipular lo que piensas y esto es más sutil pero de alguna manera comienzas a reprimir lo que piensas y sobre todo lo que expresas. TE QUIEREN CONVERTIR EN UN MOLDE, y es cuando se empieza a perder la personalidad.

Agresión verbal, son gritos, amenazas, es más evidente que las anteriores, es una forma de imponer autoridad.  Es violencia y si conoce a alguien o tú lo estás sufriendo tienes que pedir ayuda, de la manera que tu quieres, en alguien en quien confíes, alguien que te va a escuchar y va a ser un apoyo para ti.

Es un tema triste, es un tema real, ¿qué podemos hacer para evitarlo?



Jessica Ramírez08/06/20188min

Estoy obsesionada con los temas fuera de lo establecido, me gusta cuando la literatura y sus creadoras te llevan por sitios desconocidos, comienzan por hablar de desdoblamientos, de ceguera y luego de un tema a otro te sientes como habitada, inmersa… todo esto lo digo por el libro que reseñamos esta semana en Historias Sin Spoilers, se trata de El Huésped de Guadalupe Nettel.

Guadalupe Nettel nació en la ciudad de México en 1973 gran parte de su trayectoria ha destacado en Francia, país donde realizó estudios de doctorado y diversas colaboraciones en distintas revistas y suplementos literarios francófonos e hispanoparlantes. El Huésped es su primera novela publicada en 2006 en español y francés de manera simultánea, por la editorial Anagrama. Fue además tercer lugar del Premio Herralde de Novela en 2005.

En adelante han venido otros libros de Cuentos como Pétalos y Otras Historias Incómodas y el Matrimonio de los Peces Rojos, también otras novelas como el Cuerpo en que Nací y Después del Invierno que obtuvo el premio Herralde de Novela en 2014, esto por mencionar algunos galardones porque Guadalupe ha recibido algunos más en su carrera. Actualmente radica en México y colabora con la UNAM como Académica y coordinadora de publicaciones sobre literatura.

El Huésped comienza con un relato a nivel de monologo sobre desdoblamientos y se nos presenta a La Cosa elemento-personaje fundamental para seguir la trama. Después comenzamos a notar que Ana nos habla y acompaña con saltos en el tiempo y se enfoca en describir a detalle su contexto familiar y sus días, habitada por esta presencia que se apodera de ella y la provoca para hacer y decir lo contrario a sus deseos. También conocemos a su familia, en particular a Diego su hermano que nos es mostrado cómo un ser extraordinario que, producto de la fatalidad y poder de La Cosa, muere a los 9 años.

Ana es entonces una persona atormentada que crece sólo con su madre, puesto que el papá al no soportar el duelo de perder al hijo las abandona. La Cosa permanece callada durante una temporada considerable, pero en cierto punto del relato se nos informa que la presencia de esta malvada fuerza reaparecerá sin avisar y que entonces transmutará a la ceguera, de alguna forma Ana sabe que su destino inexorable es la ceguera.

Así que decide comenzar a observar a las y los ciegos que encuentra, se siente atraída por saber de ellos aunque no se sienta del todo identificada, llega a una escuela-internado que prepara ciegos autómatas para aparentemente enseñarles a valerse por sí mismos, es contratada como lectora y forma parte del cuerpo docente de este sitio.

Hasta ese momento comenzamos a vislumbrar el punto de quiebre de una historia con varias transgresiones que parece mutar igual que La Cosa, llega la hora de conocer a Cacho, un hombre que no tiene una pierna y a Madero, otro ciego que parecen ser líderes de un grupo de invidentes que piden limosna y forman comunidad, buscan huir del sistema. El Metro, sistema de transporte de la Ciudad de México será también un personaje fundamental dónde confluyen las historias así como la presencia de Marisol, compañera de Cacho. Como de costumbre haré una pausa hasta aquí, porque ya serían demasiados spoilers.

Para mi leer El Huésped es como hilar y pasar de un tema a otro como un pedazo de seda que se desliza en la piel: fluyes, recorres y sientes. De pronto no sé cómo Nettel nos hace cuestionarnos nuestro papel en esta sociedad que cría ciegos co-dependientes y controlados. Hay una palabra para eso que ella misma menciona, la ciudad se desdobla y también se desgasta, son pocos los pedazos que nos quedan entre la miseria y el hartazgo.

Habitar el mundo propio que suena fantasioso pero tan real a través de Ana, a quien vemos crecer y convertirse en una mujer, que en su desarrollo dice adiós al mundo de la vista y se adentra en el universo de los ciegos, nos dan este retrato de luces y sombras, de contacto con la oscuridad pero sobre todo de la necesidad de cuestionarse este transitar por el mundo, la vida en una gran urbe como la Ciudad de México.

Y en el fondo de todo esto, el tono de denuncia ante el sistema político mexicano con un guiño a los periodos electorales que parece un poco forzado en la historia y que no termina de encajar con todo lo anterior, pero que sirve como puente frente al desenlace de una de las personajas. Mezclan, narran y nos muestran el peculiar punto de vista de Guadalupe Nettel, que nos guía hacia los aspectos que nos negamos a ver del mundo y de nosotros mismos, todo aquello que nos ayuda a sobrellevar la existencia con nuestra Cosa y el grado de ceguera incluida. Cerramos con un fragmento:

“Uno comienza a morir desde que nace, decía mi abuela, quién tardó más de cien años en morirse. Diego, en cambio, comenzó a hacerlo esa mañana. La Cosa lo fulminó en cuestión de segundos y a través de mi propia mirada, colocándolo detrás de una frontera cuya existencia descubrimos ese día. A partir de entonces, mi hermano deambuló por la casa como un espectro, una aparición.



Jessica Ramírez31/05/20183min

Lo cierto es que uno cree que somos nosotros los adultos los que debemos enseñar a vivir a los niños y hoy en así las cosas, vamos a hablar de esa lecciones de vida que nos dan los niños y de las actitudes que debemos aprenderles y ponerlas en práctica.

Los niños son muy listos, seamos honestos como papás y lo van a comprender perfectamente. Uno como papá debe cumplir, hagamos que nuestros hijos confíen en nosotros, sea positivo o negativo.

Se ríen mucho, no tienen otra cosa que ofrecer, lo único que te dan cuando algo les gusta mucho y lo están disfrutando te dan su sonrisa, la más sincera y honesta muestra de agradecimiento.

Capacidad de asombro, es increíble porque de verdad creen que les quitas la nariz y la esconden en tu mano, o que les sacas una moneda del oído, ser niño es estar dispuesto a que el mundo te sorprenda, a no racionalizar todo.

Expresan sus sentimientos, o ¿alguna vez visto una niña tapándose la boca porque no se quiere reir? NUNCA. Son seres transparentes.

Yo te diría que aprendas de los niños a estar en sintonía con lo que sientes, ellos no tapan sus emociones, si tienes un niño cerca porque tienes la fortuna de ser mamá/ papá o maestra o tía/ tío o madrina no importa la edad que tenga, fíjate en lo que hace y lo que puedes imitar.

Invitadas:

Deisy Villaseñor Hernández
Esmeralda Covarrubias



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