Jessica Ramírez31/05/20186min

La literatura me convoca desde hace mucho tiempo, es un llamado casi inherente, incluso para sobrevivir; leer es una constante para mí cuando estoy en diversas etapas. Ahora mismo estoy leyendo sobre enfermedades por razones varias que en otro momento podré compartir, también estoy detrás de mujeres, si, de autoras, por varias razones. Todo esto lo digo por el libro que reseñamos esta semana en Historias Sin Spoilers, se trata de Fruta Podrida de Lina Meruane.

La novela Fruta Podrida fue concebida gracias al apoyo de la Beca Fundación Guggenheim en 2004, por la que luego obtuvo el Premio a Novela Inédita del 2006 a través del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes en Chile.

La historia comienza con el relato de un momento cotidiano en la vida de sus protagonistas: María y Zoila del Campo que viven en el poblado del campo chileno llamado Ojo Seco. Desde el principio se puede atisbar que se vive un momento complejo en la salud de Zoila que padece una enfermedad degenerativa y “La Mayor” María se aparece como el sustento de la casa con un trabajo en una empresa del sector frutícola.

Los temas que toca son variados: la estructura patriarcal que exprime, explota y no reconoce el trabajo como debería en el caso de María, experta en plagas, obsesiva, que produce para un trasnacional que dirige el Ingeniero y que no reconoce su esfuerzo. Está también el personaje del Enfermero que atiende a Zoila y a la misma María, y que juega el papel masculino aunque despersonalizado como los personajes varones, no necesitan un nombre, forman parte pero no esencial, y al mismo tiempo controlan y toman las decisiones, son guías indiscutibles, dan órdenes como el caso del Director al frente del hospital que designa el tratamiento y los pasos a seguir para intentar curar la enfermedad de Zoila, que tiene esperanza a través de un trasplante de páncreas, aunque difícil podría llegar a conseguirse con los avances médicos del extranjero que visitan a la enferma constantemente.

De manera evidente se aborda también el tema de la maternidad como un asunto de atadura y obligación, un lado interesante de concebirle. Al mismo tiempo se aborda el lazo de familia como este vínculo indestructible del que no puede zafarse nadie, te toca cuidar y proteger, en el caso de María a pesar, incluso del vínculo a medias o de asumir que Zoila tiene un padre, aunque en el extranjero y ausente, es una figura a la que se le brinda gratitud. Y en la cúspide de toda esta problemática tenemos a la enfermedad cómo el monstruo a vencer en la mirada de alguien que no quiere curarse, caminar hacia el suicidio de manera lenta y dolorosa, en el caso de Zoila.

La metáfora con la fruta que se pudre, desde la obsesión de María por mantener a raya las plagas y la mosca de la fruta que combate con mezclas de químicos específicos y del exceso de azúcar en Zoila, que se describe a sí misma, “Mi cuerpo es una fruta ya madura: pese a la delgadez que provoca mi extrema dulzura”.

Hasta el punto de quiebre de esta historia sin aparentes trasgresiones que marcará un cristalazo, metafóricamente hablando para las y los lectores que no les quiero contar porque serían ya demasiados spoilers.

Sin embargo, el cierre de esta historia rompe la estructura tradicional, como el libro en sí mismo, no hay un final tradicional, al contrario se nos presenta un monologo que nos recuerda que estamos ante una narración dónde ella es la otra y puede ser también una nueva que antes no era, es decir María es Zoila y al revés, y también puede ser una enfermera o una indigente que pide se le borre su identidad, esta polifonía de voces desarmonizadas nos dicen mucho, lo señalan en letras cursivas, nos dejan pensando y no podemos concluir mucho los destinos de todas ellas, las mujeres frutas de esta historia en este ciclo que es la vida.


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Operativo26/05/20186min

Una manifestación sonora a veces poco comprendida que desaparece incluso de algunos libros que describen los géneros y formatos radiofónicos. Radio arte, paisajes sonoros, experimentación sonora, arte sonoro, todos abonan, independientemente del nombre, a la creatividad e imaginación, al juego entre lo objetivo y aparente ilegibilidad.

Con sus antecedentes en el radiodrama, el radioarte se abre camino cerca de 1920 cuando las radios públicas alemanas e inglesas transmitían sus primeras radionovelas; en Londres en 1923 la British Broadcasting Corporation (BBC) emite los primeros radiogramas basados en la obra de William Shakespeare (Asociación Mundial de Radios Comunitarias – América Latina y Caribe, 2017) y sería hasta un año después en que se contempla, según Lidia Camacho, comunicóloga e investigadora, la primera pieza artística en este rubro debido a sus vestimentas y decorados sonoros.
El llamado radioarte, es la realización original, lo auténticamente nuevo, la realidad y la fantasía presentadas en forma diferente, es el punto de vista que nos comparte LEAR, laboratorio experimental de arte sonoro de la Escuela de Comunicación de Buenos Aires. En un vaivén entre lo claramente definido y los significantes, este género radial exige entonces una apertura del oído similar a la que tenemos cuando, generalmente de manera neutral, acudimos dispuestos a apreciar una muestra de artes plásticas, formas abstractas y colores extraños mezclados por alguien que ha tenido un panorama diferente de su entorno. Así es el radioarte, concentrados sonoros de realidades.

Como un contenido denso que suele ser, éste género también tiene sus complicaciones y es que hemos dicho que tiene la tendencia a ser evitado, subestimado u olvidado. Uno de los obstáculos parece ser que se requiere de una escucha diferente o, sencíllamente una escucha. Y que esa escucha ha de entrenarse del mismo modo que uno ha de estar habituado a las convenciones narrativas del cine nos dice José Iges, artista sonoro y Doctor en Ciencias de la Información. Entonces, ¿quiénes y cuántos esperan escuchar tal propuesta en el cuadrante comercialmente saturado? Quienes estamos dentras de la señal radial tenemos también la obligación de mostrar y facilitar todos los contenidos que el medio tiene a su alcance, explorar, desmitificar y en el mejor de los casos, formar audiencias.

Algunas líneas del radioarte, así considerado por su servidor, son los paisajes sonoros. Un tema consolidado y en crecimiento gracias al énfasis en que han hecho algunos países sobre su acervo sonoro. De esto, surgen propuestas variadas alrededor del mundo que vale pues explorar y que aquí y en publicaciones futuras describiré unas cuántas, no por ello, las únicas.

En Valparaíso, Chile, hace algunos años (2007) se fundó el proyecto Tsonami, una plataforma dedicada al fomento y difusión de las distintas prácticas sonoras contemporáneas, entre ellas el paisaje sonoro. Tal ha sido su crecimiento que a la fecha llevan algunas ediciones del Festival Internacional de Arte Sonoro Tsonami, enfocado en promover las prácticas citadas a través de conciertos, talleres y exposiciones, además, ofrecen en su sitio de internet, el enlace de una “cartografía sonora” colaborativa latinoamericana, que ha ido en crecimiento y se puede consultar desde el enlace en tsonami.cl además de contribuir de manera directa con el proyecto. Recientemente encontré el proyecto CITIES AND MEMORY sobre el que abordaremos más adelante.

En nuestro país, la iniciativa llamada “archivo sonoro”, representa un acervo también colaborativo, de lo que puede ser un retrato construido de diferentes regiones mexicanas, así como audios únicos que representan fragmentos de la historia.

Así pues, reitero la necesidad de retomar acciones que faciliten a las audiencias, los y las radioescuchas, conocer y explorar otra oferta que despierte los oídos, las vivencias, texturas y tiempos en los que la radio, tiene y debe mucho que hacer.



Jessica Ramírez25/05/20184min

Entre las recomendaciones tan nutridas que tuve sobre literatura en 2017 encontré un lado oscuro de mi persona que goza y se regocija de los géneros literarios más crueles, violentos y desgarradores, por el hecho de paradójicamente ser reales, cotidianos y cercanos en un México dónde podemos seguir nuestras actividades tranquilamente sin reparar en ello, pero que a través de sus letras las y los escritores están cumpliendo una labor social que ficciona, pero retrata.

Su novela Temporada de Huracanes comienza con el descubrimiento de un cadáver flotando en aguas turbias de un canal de riego cercano a la ranchería La Matosa, en Veracruz. El cuerpo resulta ser de la Bruja, que heredó el oficio de su madre fallecida y a quienes los pobladores de esa zona rural respetaban y temían.

Las historias entrelazadas que saltan entre capítulos sin pausas nos remiten al murmullo interminable de las vecinas de los barrios, los cuchicheos detallados sobre la vida cotidiana que entretienen y dotan de sentido los días de inagotable desolación y miseria.

Los desastres familiares hacen su aparición, niñas dejadas con sus abuelas, hijos de papás desobligados en la cárcel, madres que eligen hombres que se sienten los amos y señores de hogares dónde cohabitan hijos e hijas de otros padres ausentes combinado con el ambiente de pobreza, falta de oportunidades, violencia, narcotráfico, crean un caldo de cultivo que se entreteje con la superstición y la percepción de sentirse internado en un pueblo olvidado dónde las alternativas para sobrevivir, aunque poco aprobadas por la sociedad, se vuelven forma de vida: la prostitución, los negocios chuecos.

Sin duda la construcción de la historia de Fernanda Melchor es una radiografía cruda y soez, pero reflejo a final de cuentas, nos guste o no, de gran parte de las historias invisibles del México contemporáneo, de las fosas interminables de la absurda guerra contra el narco, de las estrategias fallidas para garantizar la seguridad de la población, del abandono de la clase política después de las elecciones que maquilla y disfraza cifras e informes, permeada por la corrupción imperante. Mientras, miles de personas son Norma, Luismi o La Bruja en ese Veracruz que sigue ahí, en ese México que nos ofrece la nota roja todos los días, más allá del hartazgo y rumbo a la normalización, al aquí no pasó nada.

Ojalá se acerquen a Temporada de Huracanes, y perciban la sinceridad del día a día. En algunas entrevistas que he visto, la autora explora estos temas y concluye en que se trata de una historia de amor, sólo que los personajes nunca encuentran ese algo que siempre falta y ni siquiera saben cómo es, no sirve de nada si todos se están ahogando.



Jessica Ramírez24/05/20182min

Todos escuchamos y utilizamos la palabra estrés y otros términos relacionados, como miedo, ansiedad, fatiga o depresión, pero es difícil, incluso para los científicos e investigadores, delimitar claramente de qué estamos hablando y cuál es el significado, el alcance y las consecuencias de estos conceptos.

El estrés es más que una condición meramente muscular. El Dr. en medicina Hans Selye pionero en las investigaciones sobre el estrés, lo define como “una respuesta corporal no específica ante cualquier demanda que se le haga al organismo” (cuando la demanda externa excede los recursos disponibles).

Hoy en día, los trabajadores que mas producen estrés laboral son aquellos donde las exigencias superan los conocimientos y habilidades de los trabajadores y el estrés laboral no se limitan solamente a la esfera profesional sino que se extiende a menudo a la vida personal y familiar.

Como bien lo dice nuestra invitada la psicóloga Sally Pérez, las personas confunden el estrés con la fuente de algunos problemas, cuando en realidad es la consecuencia…cualquier cosa, objeto, pensamiento puede ser potencialmente un estresor. 

Recuerda que el manejo del estrés tiene que ver con el manejo de tu vida cotidiana, pensar, sentir, actuar.

Así son las cosas.

Entrevista completa

Agradecemos a la psicóloga Sally Pérez.



Operativo30/04/20183min

En Radio Universidad de Colima te presentamos una serie radiofónica dirigida a público infantil, que nace con la inquietud de difundir las historias de mujeres que inspiran a lo largo de la historia gracias a sus contribuciones en la música, ciencias, política, la vida social, el arte y mucho más.
Basada en el trabajo de Elena Favilli y Francesca Caballo, autoras de “Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes”, te compartimos a continuación, cada uno de los cuentos que hemos emitido a través de nuestra radio.


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Operativo16/04/20181min

Universo 94.9 FM trae para tí:
Con los oídos abiertos
Reflexiones acerca de la radio pública, a través de entrevistas con integrantes del Consejo Ciudadano, Defensor de las Audiencias de Radio IPN, Defensor de las Audiencias de Canal Once y otros especialistas en la materia.

Escucha en nuestra programación de lunes a viernes en punto de las 13 hrs, vigente hasta el viernes 04 de mayo de 2018



Universo 94.9

Somos la Radio de la Universidad de Colima, México. Usando como distintivo XHUDC-FM, Universo 94.9


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