En medio de uno de los acontecimientos de mayor trascendencia para la historia de México como fue la Revolución Mexicana, los involucrados en esta lucha también buscaban un momento de deleite para sus oídos, un espacio del cual gozar las hazañas realizadas por los caudillos, la valentía de las mujeres o de aquel sentimiento de añoranza hacia la democracia de un país envuelto en una total dictadura.

Fue así que la lucha se prolongó por más de 10 años, permitiendo ser un motivo de inspiración para todos aquellos aguerridos que día con día luchaban contra la dictadura de un hombre que sólo había traído beneficio para unos pocos y desigualdad para muchos más, pero que los unía un objetivo común: la necesidad de acabar con el régimen porfirista de una vez por todas.

Dentro de los corridos, canciones y vals que se expandieron hacia todo el territorio nacional, nos podemos encontrar con la ya tan conocida canción de “La Adelita”, la cual hace referencia a la importancia de la mujer dentro del contexto de la lucha revolucionaria; la inspiración para esta canción se dio gracias a Adela Velarde Pérez, una enfermera que brindando auxilio a los hombres, se topó con Antonio del Río, quien en agradecimiento le escribió este corrido, un referente actual sobre la Revolución.

Popular entre la tropa era Adelita,
la mujer que el sargento idolatraba
que además de ser valiente era bonita
que hasta el mismo coronel la respetaba.

Y se oía que decía
aquel que tanto la quería…

Si Adelita se fuera con otro
la seguiría por tierra y por mar,
si por mar en un buque de guerra
si por tierra en un tren militar.

Otro de los corridos que se popularizaron como muestra de agradecimiento y honra a todas aquellas mujeres que con valentía tuvieron un papel importante en la revolución, fue “La Valentina”, de autor desconocido pero inspirada en María Valentina de Jesús Ramírez Avitia, admirada por toda la tropa de Álvaro Obregón por ser decisiva, combativa, valiente y hermosa. Su atuendo era militar, portaba dos cananas torcidas sobre su pecho y fusil al hombro. Su magnífica figura la convirtió en un símbolo de amor para muchos soldados, y su corrido la vuelve un ícono revolucionario de los hombres en campaña.

Una pasión me domina

y es la que me hizo venir,

Valentina, Valentina…

yo te quisiera decir.

 

…

 

Valentina, Valentina,

rendido estoy a tus pies,

si me han de matar mañana

que me maten de una vez.

Estos cantos fueron claves para recordar las memorables batallas que tomaron lugar durante la revolución, un ejemplo de ello es la “La toma de Zacatecas”, donde se narra cómo sucedió la división del norte, liderada por las órdenes de Francisco Villa, que derrotó de manera significativa a las tropas del usurpador Victoriano Huerta y definió de manera importante el curso de su derrocamiento.

Así nos podemos encontrar con corridos como “La cucaracha”, “La Rielera”, “Las soldaderas” y “El barzón”, que sin duda compartían las demandas de los grupos más vulnerables ante la causa revolucionaria, mismos que como ya se mencionó, son un ícono para la historia mexicana, los cuales deberían representar para nosotros la alegría y el honor al saber que si el día de hoy vivimos con mejores condiciones que en esa época, es por la ferocidad de combatir miles de hombres y mujeres que buscaban un país mejor.

Fuentes: La voz del norte, Más México